
Empezamos nuestro viaje en la plaza de armas, donde visitamos la Catedral de Pucallpa, que nos sorprendió con uno de los vitrales más lindos y coloridos que habíamos visto. Dimos una vuelta por el mercado y probamos deliciosa comida de la selva: Tacacho, Cecina, Maparate, jugo de camu camu y el infaltable ají de cocona. Aquí no hay dieta que valga, si vienes, tienes que probar todo! (qué riiiiico se come en Perú).
Durante los siguientes días, nos dedicamos a conocer los distintos atractivos que esta ciudad ofrece.
Apúntalos para cuando vengas!:
Navegamos por la laguna de Yarinachocha, a sólo 20 minutos del centro de Pucallpa, y conocimos las comunidades de San Francisco y el Caserío 11 de Agosto, donde pudimos conversar y compartir con sus habitantes. Dedícale un día entero a esta actividad, ya que bailarás, conocerás sobre tradiciones de la zona, y verás productos locales como artesanía hecha a base de fibras vegetales. En nuestro caso, cuando estábamos de regreso a la ciudad, el calor era tan intenso, que no dudamos en meternos a la laguna. El agua estaba deliciosa, hasta que unos peces traviesos empezaron a mordernos y entre risas, regresamos rápido, y un poco asustados, al bote. Fue muy divertido!!!

También, visitamos la catarata Ducha del Diablo y la caída de agua Velo de la Novia, en Aguaytía. Lugares espectaculares, donde el agua cura cualquier mal, y nos llena de energía! Si bien está a 3 horas del centro de Pucallpa, vale la pena darse el tiempo de conocer Aguaytía, no saben lo rico que fue meterse un chapuzón aquí!
Antes de regresar a Lima, fuimos al Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana IIAP-Ucayali, un centro de investigación donde aprendimos sobre especies selváticas como el Paiche, Doncella, Gamitanas, plantas medicinales y mucho más.

Fueron 4 días de sol, con amigos y gente orgullosa de su ciudad e identidad.
La selva peruana, nos regala la oportunidad de detenernos a disfrutar de la naturaleza y valorarla como se merece. Date un tiempo y conócela tú también.
Pucallpa te espera!!